#OSCAR2018: El cine chileno evolucionó y nos llevó a los Oscar

Por Javi Pacull @javipacull | Jueves, 1 de Marzo de 2018
#OSCAR2018: El cine chileno evolucionó y nos llevó a los Oscar

La historia del cine chileno no tiene más de 120 años de historia, sin embargo en estas doce décadas los temas de los cuales se ha hecho cargo han sido bastante diversos.

Al comenzar el siglo 20, el cine nacional se caracterizó por llevar a la pantalla grande películas que abordaban temas históricos. Sin ir más lejos, Manuel Rodríguez se llamó el primer film argumental elaborado en nuestro país en 1910, a la que siguió el Húsar de la Muerte, en 1925.

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Al llegar a la década del 50' la sociedad ya había cambiado un poco y el cine se hizo algo cada vez más masivo y cercano a la gente. Esta época se caracterizó más por un avance tecnológico en el rubro. La forma de ver del cine cambió, pues comenzaron los primeros adelantos en técnica de color.

Los años 60' marcan el primer gran cambio temático del cine nacional. A partir de entonces los temas sociales empiezan a destacar en las producciones chilenas. Los conflictos políticos se transforman en el nuevo mensaje. Este es el tiempo donde surgen grandes cineastas como Miguel Littin, Raúl Ruiz y Silvio Caiozzi.

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Con el Golpe Militar de 1973, el desarrollo cultural del país se estanca y el cine es una de las manifestaciones artísticas más perjudicadas. La dictadura transformó al cine en un medio de reclamo y/o en un espejo al que solo los más busquillas podían acceder. Se inicia así un estilo de hacer películas que nos acompañaría por muchísimos años más, incluso mucho después del regreso de la democracia.

La fractura y censura que vivió el séptimo arte nacional derivó en una forma de abordar los temas con una fuerte carga de resentimiento producto de la historia. Una mochila pesada de la que solo algunos directores pudieron escapar. Los más innovadores o atrevidos apostaron por un cine que siguiera mostrando la realidad social y muy local, pero con algo que hasta entonces no formaba parte fundamental de las películas locales: el humor.

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La risa de algunas películas de los años 90' fue el bálsamo para que esa carga que traía el cine chileno se pudiera digerir con mayor facilidad. Sin embargo, la idiosincrasia típica local todavía hacía de nuestros films algo muy territorial. El Chacotero Sentimental (El Rumpy) y Sexo con Amor (Boris Quercia) son buenos exponentes de ese género.

Durante mucho tiempo la cinematografía navegó por ese rumbo, hasta que nació una película que marcó un giro fundamental: La Nana, de Sebastián Silva, en 2009. Este film mostraba por primera vez la lógica íntima de un personaje en un contexto muy transversal y chilenos al mismo tiempo.

La vorágine emocional del personaje de Catalina Saavedra permitía que cualquier persona conectara con su intimidad, sin embargo esa forma tan típica chilena de la relación con el servicio doméstico, fue lo que capaz la alejó de un público mayor.

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Este avance hacia el desarrollo de películas que se enfocaran en la intimidad de los personajes fue lo que poco a poco empezó a derribar las fronteras del cine local y mostrarlo al mundo con la posibilidad de ser comprendido.

Neruda, por ejemplo, mostró al mundo una ficción y "lado B" de personaje archi conocido como fue el poeta, mientras que Gloria, de Sebastián Lelio logró que el público internacional se sintiera reflejado con los sentimientos de esa mujer sobre 50 años.

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Ese cambio de swich, ese avance hacia temas comunes y globales, enfrentados desde la mirada personal de los personajes pueden explicar que Una Mujer Fantástica esté ad portas de regalarle a Chile su primer premio Oscar como Mejor Película Extranjera y el segundo para el país.

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