Artista del performance Marina Abramović se electrocutará con 1 millón de voltios

Por Valentina Espinoza @lavalespinoza | Lunes, 9 de Abril de 2018
Artista del performance Marina Abramović se electrocutará con 1 millón de voltios

Las funciones del arte son múltiples, mutables, combinables entre sí y dependientes de un contexto: el entorno el que se crea la obra de arte, aquel en el que se presenta o el grupo social que la observa. Por lo mismo, preguntas como "¿Y esto es arte?", muchas veces están de más en contextos menos convencionales.


Marina Abramović, famosa artista serbia del performances, está preparando para el año 2020 su próxima e impactante obra que consistirá en electrocutarse con un millón de voltios para luego apagar una vela con la corriente de electricidad que saldrá de sus dedos.

La actuación tendrá lugar en la Royal Academy of Arts de Londres y será la primera vez que una artista femenina ocupe sus galerías principales con un gran espectáculo.

Abramović, de 71 años, trabaja con la compañía de arte y tecnología Factum Arte, que está creando la máquina de electrocución. Para poder ejecutar la performance están utilizando técnicas Kirlian, que se remontan al siglo XIX, donde se utiliza la alta tensión para crear fotografías impresas. La empresa colabora con un granjero de cabras llamado Dwight Perry, descrito por su fundador Adam Lowe como uno de los "ingenieros más brillantes con los que me he encontrado".

Según explicó Lowe al diario inglés The Times, donde fue revelada la primicia, "si se carga correctamente, la corriente de electricidad que sale de los dedos apagará una vela a un metro de distancia".

"No somos imprudentes ni arrogantes con la tecnología", asegura el fundador de Factum Arte, que recuerda que las actuaciones de la artista "son muy extremas" y muchas de las cosas que ha hecho "son mucho más peligrosas".

Recordemos que a lo largo de su sólida carrera, la artista serbia ha escandalizado al público con actuaciones provocadoras que van desde cortarse los dedos y transmitir sus quejidos al público, hasta permitir a los visitantes hacer con ella lo que quisieran valiéndose de una serie de objetos, entre ellos un arma cargada y una navaja de afeitar.

Sin embargo, una de sus performances más recordadas es la llamada "El artista está presente", en el MoMA de Nueva York, donde ella se sentaba un minuto en silencio mirando a los ojos de quien quisiera hacer lo mismo frente a ella. En esa ocasión se reencontró por sorpresa con Ulay, otro artista con quien mantuvo una apasionada relación amorosa en la década de los 70's. Cuando sintieron que se extinguía, hicieron un pacto: recorrerían la Muralla China, cada quién desde un extremo para encontrarse en el centro, darse un fuerte abrazo y no volver a verse.


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