[COLUMNA] Mariana Martínez: De palacio, no de castillo. Las Majadas de Pirque

Por Mariana Martínez @MyMentrecopas | Jueves, 6 de Octubre de 2016
[COLUMNA] Mariana Martínez: De palacio, no de castillo. Las Majadas de Pirque
Hace seis años me fui a vivir a Pirque. Soñaba sanar el corazón en una casita en el campo y despertar con el canto de los pajaritos. La casita llegó de regalo, alguien necesitaba que la cuidaran por unos meses. La tomé. Más de una vez me despertaron los caballos de los locales relinchando en la ventana. Llegaba tarde de Santiago cada noche, pero igual me daba el tiempo para comer con una copa de vino bajo las estrellas. Viví allí casi año hasta que debí volver a la ciudad, con el corazón sanito. Desde entonces, pensar en Pirque y su vida de campo me reconforta, amo volver a su ritmo lento. Por eso me doble emocioné cuando supe que el Palacio de las Majadas de Pirque, aquel lugar mítico, del que tanto escuché viviendo tan cerca y que había comprado Wenceslao Casares -el argentino de Patacon.com- al fin estaba remodelado y abierto al público. Claro que fui a conocerlo. 

Al llegar lo primero que impresiona es su hotel, una edificación nueva de dos pisos, modernísima de 50 habitaciones, con un bar súper cool y un restaurante igual de moderno, y lo mejor, con precios nada fuera de lo normal. Feliz de saber que su cocinero a cargo, Pablo Heiremans, es el dueño de CasaLuz, un lugar que me encanta, cerca de mi nuevo hogar, en Av. Italia. 



En medio del bosque aparece el palacio de 1905; palacio no castillo, porque no es para defensa sino todo lo contrario, me dijeron y entendí clarito la diferencia. Mi casita en Pirque era mi castillo, modesto, pero mi castillo al fin. Después de una larga y titánica remodelación, a cargo de Teodro Fernández (premio nacional de arquitectura) y que prácticamente solo dejó en pie sus bases, el edificio de cuatro pisos parece de cuento de hadas. Por dentro lo decoraron cálido y elegante, como es el estilo escandinavo moderno, y cobija entre otros un salón de directorio, auditorio, sala de no hacer nada y todo, más un bar subterráneo. Todo, con el fin de ser un centro para desarrollar capital social. Es decir, que salgan cosas buenas y creativas de encuentros entre empresas o personas. En el mismo palacio, en una esquina del primer piso, está su cafetería abierta al público, con dulces hechos por pasteleros locales.

Si volvemos al restaurante, la propuesta de Heiremans también busca, como es la tendencia mundial, incorporar productos cercanos, incluidos los afamados vinos de Pirque a precios de tienda. Sí, una regalo muy lógico pero que poco se ve. Está por ejemplo el Cabernet sauvignon Marqués de Casa Concha de viña Concha Toro, elegido recién entre los 15 mejores cabernet del Nuevo Mundo por el diario británico The Independent a $11.990. También otras etiquetas más difíciles de encontrar servidas a la mesa, como el especiado Carmenère Gran Cuveé de William Févre ($9.100) o el potente Syrah Character de Haras de Pirque ($13.200).



Para que se hagan idea de otros precios: la entrada de pulpo a la plancha con chimichurri, papa camote y salsa de ají verde vale $6.500, y una entraña de angus americano con risotto de mote y zapallo asado $11.900; la tarta tatin, $3.500. Para quienes quieran alojarse en el hotel después de un matrimonio por la zona, el hotel ofrece paquetes con actividades especiales, incluyendo un rico brunch al mediodía. Como para sentirse princesa en palacio, no castillo, al menos por un día, o no. 

Residencia y Palacio Las Majadas está en Santa Rita 1177, Pirque. Reservas residencias: 9.8341 0119 Reservas restaurante: 9.83410119 El restaurante y bar del hotel están abiertos sábados y domingos de 12 a 5 de la tarde. La cafetería de lunes a sábado de 10 de la mañana a 5 de la tarde. Más detalles en www.lasmajadas.cl 

 

Etiquetas :