Conoce a Sole Díaz, la atleta chilena que vive viajando

Por Sole Hott @solehott | Miércoles, 22 de Marzo de 2017

El deporte nacional no solo tiene que ver con la pelota, y la chilena Soledad Díaz lo tiene muy claro. Atleta de The North Face y proveniente de una familia nómada, como ella misma la define, hoy a sus 31 años esta esquiadora y montañista ha logrado combinar a la perfección hacer lo que más le gusta con su profesión: viajar y explorar.

La Sole vive -literalmente- viajando, y durante su reciente excursión a Nepal comenzó una serie documental titulada Vivir Viajando. Aquí revela y relata, en primera persona, su experiencia en el lugar conocido como "el techo del mundo", donde estuvo cuatro meses recorriendo y recolectando historias, reflexiones y amigos, siempre bajo la consigna del descubrimiento personal y cómo es posible vivir más consciente del ecosistema que nos rodea.

En M360 Hablamos con ella, y ahora te invitamos a conocer a esta increíble atleta, profesora de ski titulada y certificada como la primera guía de heliskiing en Chile, que por estos días explora el mundo en busca de la paz interior.

¿De dónde nace tu curiosidad por explorar?

De la forma en que me criaron y cómo viven mis padres. Los dos fueron profesores de ski, y me acuerdo cuando mi papá se iba a Europa a trabajar, volvía contando historias, anécdotas, y siempre nos inculcó que viajar es la mejor universidad. Mi curiosidad siempre fue viajar, y es que de verdad es una locura descubrir lo bueno que es, te hace crecer mucho. Y luego con el ski empecé a explorar cerros y montañas, más en solitario, y poco a poco he ido encontrándole el gustito a la soledad.

¿Por qué te fuiste a Nepal?

Necesitaba encontrar paz interior, tenía planeado irme a vivir a Hawaii, estar tranquila, recorrer y meditar mucho, estar sola para asimilar lo conocido, pero mi visa para Estados Unidos estaba vencida y no sabía, entonces, estando en Europa, decidí buscar un destino bien montañoso, bien verde y con poca población, y Nepal cumplía con esos requisitos, además de estar muy conectado con el tema espiritual. Durante el viaje me di cuenta que el fluir de la vida me llevó al lugar donde tenía que estar. Suena mágico y lo es.

¿Qué sientes cada vez que emprendes un viaje?

Mucha libertad. Siento que mis capacidades y habilidades están listas para actuar. Tengo tan poca influencia externa que me brota la energía y me impresiono de mis conductas. Confío mucho más en mí, es exquisito, voy a mi ritmo, me tomo mi tiempo, disfruto las cosas. Cuando voy a tomar un avión siento todo eso y nada más importa. Varias veces no me han llegado las maletas y no hay nada de qué preocuparse, al final siempre aparecen. Y si te pasa eso...es una señal de que lo que arrastras no te sirve. Cuando algo no funciona como lo esperas es una señal de que debes dejar eso atrás. Yo estoy mirando la vida de esa manera y me ha servido mucho.


¿Cómo es volver a casa?


(Suspira) Me agota un poco regresar a casa, vuelvo a meterme en un ritmo de vida del que no me siento parte para nada, cuando piso Chile me estreso inmediatamente. Me gusta la sensación de ser libre, que nadie dependa de mí y yo no depender de nadie. Cuando emprendo un viaje me siento libre de necesidades ajenas o de las propias.

Viajas sola y hablas del "gustito por la soledad", pero ¿te sientes sola alguna vez?

Viajo sola, pero nunca me he sentido sola. Me lo enseñó mi tío Orlando. Cuando tú vas a la montaña e invitas a alguien siempre va a haber algo de esa persona que te va a retrasar. A mí me gusta dejarme fluir, no planeo mucho, sé a dónde quiero llega, nada más. Entonces, tener a alguien al lado me complica. Además la interacción con los locales es diferente, sola me invitan a tomar té y esas cosas. Cuando vas con más gente se aprende menos, hay varios pros y contras. No me asusta viajar sola. Tengo plena confianza en el destino, en mis habilidades, en el amor que le tengo a la vida, y el que la vida me tiene a mí, así que el miedo para mí es innombrable, no va conmigo.

¿Qué buscas en tus viajes?

Aprender mucho. Quiero tocar otras cosas, oler otros aromas, conocer el mundo entero. Me intriga mucho la vida, desde que empecé a meditar hace algunos años conocí un mundo paralelo lleno de fantasías, amor, paz, luz y felicidad, es alucinante y trato de ir más por esa vida. Nepal me dejó claro que existe. Que Buda lo vio y muchos lo vieron.

¿Qué no puede faltar en tus viajes?

Lo que sí o sí va en mi viaje es mi saco de dormir. Es lo primero que meto a la mochila, porque con el saco al final estás salvada, puedes dormir en cualquier parte, es como una segunda piel, si pasas frío o calor, el saco salva. Ha sido lo más útil en todos los viajes.

¿La mejor lección de tus viajes?

Cuando empiezas a viajar, la primera vez llevas muchas cosas y cuando te toca acarrearlas todas te das cuenta de todo lo extra. La segunda vez todavía te pasa, hasta que terminas viajando casi sin nada...una mochila chica, porque necesitas muy poco y si hay algo extra lo consigues en el lugar. Esa es la mejor lección, cada vez llevo menos y cada viaje me enseña que debo ir con menos.

¿Qué se siente ser parte del clan Díaz?

Somos más que los Marley, eso bueno, me siento afortunada de haber nacido en una familia tan abierta de mente, que no me obligan a cumplir y seguir las reglas clásicas de la sociedad. Mi familia sale de esos términos, que cada uno haga lo que quiera, y que viajar es la mejor universidad. Todos tienen la misma mentalidad y es exquisito poder compartir eso, el deporte, la vida al aire libre, los viajes, tener amigos en todos lados. Se siente bien.

¿Cuál es tu próximo objetivo?

Quiero seguir viajando tal cual como lo hice en Nepal, con una mochila chica e ir abriéndome camino al andar. Ahora estoy México, me invitaron a navegar, después me quiero quedar por Centro América, quiero hacer otro episodio de Vivir Viajando, no tengo claro dónde, pero seguramente la vida me va a llevar al mejor lugar.

Etiquetas :