[COLUMNA] Ignacia González: La tendencia de dietas crudiveganas

Por Ignacia González @chakula | Viernes, 18 de Noviembre de 2016
[COLUMNA] Ignacia González: La tendencia de dietas crudiveganas

Desde que Leonardo Di Caprio lanzó en Netflix su documental Cowspiracy: The Sustainability Secret (2014), se masificó el hecho de que muy pocas empresas quieran hablar. La industria ganadera es la principal causante de la deforestación, consumo de agua y contaminación a nivel mundial. Es responsable de más gases de efecto invernadero que la industria del transporte y, básicamente, controla la destrucción de bosques, extinción de especies, erosión del suelo y "zonas muertas" en el océano. El trabajo audiovisual deja en claro que esta industria, a gran escala, obtiene un impacto ambiental devastador, pero ofrece un camino hacia la sustentabilidad mundial para las próximas generaciones. 

Teniendo como base este potente documental, muchas personas optaron por disminuir la ingesta de carne, o simplemente la sacaron de sus dietas. Se dieron cuenta de que no la necesitaban para alimentarse, que podían obtener los nutrientes de otras fuentes y tomaron conciencia de la palabra "alimentarse", donde la base es el nutrir el cuerpo más que llenarlo con lo primero que se encuentre.

La tendencia crudivegana o raw food consiste en alimentarse de vegetales (frutas, verduras, hortalizas, raíces, frutos secos, semillas, algas y germinados) en su estado natural y sin cocinar. Pueden ser alimentos cocinados bajos los 42ºC que no provengan de animales (incluye huevos, lácteos, etc), que no sean envasados, procesados, refinados ni transgénicos. Aquí, claramente, el alcohol no está incluido.

Un tema importante sobre la correcta nutrición, es la combinación de alimentos para ayudar al sistema digestivo y mejorar la asimilación de nutrientes. Aquí no importa si no se cumple con exactitud, solo que al llevarlo a cabo se obtienen mejores resultados.

Hay cuatro grandes familias de alimentos en esta línea: almidones (zanahorias, betarragas, papas y zapallo), grasas (palta, frutos secos, semillas y coco), ácidos (frutas ácidas, tomates y pimientos) y dulces (frutas dulces y secas). La idea es que las frutas siempre se ingieran solas o con vegetales neutros, no mezclar frutas ácidas con dulces, grasas con dulces, dos tipos de grases, ni ácidos con almidones.

Con este tipo de alimentación, ayudamos a evitar ingerir los tóxicos que se producen al cocinar y que afectan directamente a ciertos órganos, como el hígado, corazón, tiroides y otros. También promovemos la oxigenación y depuración de nuestro organismo y una rápida digestión.

Para mi gusto, la cualidad más importante de este tipo de alimentación, y que lo he comprobado, por lo que la recomiendo, es que dado el mundo en que vivimos y con la rapidez que pasan las cosas, tenemos poca energía y el cansancio nos supera. Esto, en parte, se puede mejorar con una alimentación crudivegana, ya que al absorber todos los nutrientes, el cuerpo no está 100% "paralizado" haciendo la digestión. Nosotros lo ayudamos a que esta sea una tarea fácil, y él nos devuelve la mano con más energía para seguir con nuestra jornada.

Hoy en día es difícil llevar una dieta o un estilo de vida marcado, ya que las tentaciones son varias y muy ricas. Cuando viene el postre o la hora de tomar té, por lo general, la tentación me gana y siempre cuchareo lo que veo. Trato de no comerme un plato completo, pero como sé que hay cosas que son mis favoritas y que ya no puedo ingerir, el dolor de verlas y no comerlas es mayor. Por lo que las pruebo y después salgo corriendo (siendo exagerada).



Me pasó hace un par de semanas. Tipo 12 del día y con el cerebro fundido, fui con una amiga al CAFETIN por un café y un snack antes de almuerzo. Pregunté si tenían comida sin gluten y sin lactosa, y me dijeron que sí. Respuesta MUY poco usual estos días.

El vendedor me mostró varios frasquitos y me comentó que eran de sabor dulce y crudivegano. Por ende, no tenía harinas refinadas (sin gluten) ni ingredientes derivados de los animales (sin lactosa).

En ese entonces habían dos sabores. Uno que no me acuerdo y el otro era de chocolate avellana. Y como buena dulcera, me incliné hacia ese sabor. ¡De alto impacto! Es lo primero que les puedo decir.

Lo segundo fue que miré los ingredientes y no había nada que me picara. O sea, fue un minuto feliz. Estaba comiendo algo sano, muy dulce, nutritivo y que no me daba alergia por ningún lado. ¡100% acertado!

Empecé a investigar y me contacté con sus dueñas, Sofía y Javiera, que partieron con este emprendimiento hace un par de años y hoy, de lo bien que les ha ido, pueden encontrar sus productos en Azotea Matilde, Almazán, Polen, Cafetin, Green is Better, Coqus, Espacio Lilith y Pasaje Gourmet.

Las chicas me contaron que, para llegar a estos resultados, tuvieron que probar y hacer algunos inventos. Por ejemplo, cambiar la harina (libre de gluten) por frutos secos, usar dátiles, pasas e higos para endulzar (libre de azúcar), usar leches de frutos (libre de leche) y, por ejemplo, en algunos casos, usar palta por su efecto litigante (libre de huevo). Todo esto hace que sea un producto crudivegano, perfecto para endulzar el día.

Los Swit Jards vienen en dos tamaños, por lo que son muy bienvenidos en desayunos, brunch, tecitos y postres. Tienen un look "taquilla" que pueden ser perfectas novedades para baby showers y cumpleaños de niños. También ideales para una ingesta de nutrientes post o pre deporte.

Los invito a seguir a estas emprendedoras de vida sana y a probar sus jars de avellana-chocolate, plátano-maní, mango-berries, café-chocolate, acaí-berries y maqui-berries. Los probé todos y todavía no puedo elegir mi favorito. Si quieren hacer pedidos especiales, les pueden escribir a hola@swit.cl

*Por favor, si tienen alergías a frutos secos o palta, revisar la lista de ingredientes.

NOTA: Quiero aclarar que mis alergias no están respaldadas por un doctor, sino que yo me autoimpuse ciertos parámetros alimenticios para sentirme mejor y pasar una buena primavera, que esa sí que está medicamenete comprobada que me destruye año a año. Con esta aclaración queda resguardado que si me ven comiendo un helado o una hamburguesa, es porque mis ganas fueron mayores a mis propósitos y que la estoy disfrutando al máximo, ya que dentro de poco no lo voy a estar. 


Fotos: Pia Melero @piameleromelero_fotografia

Etiquetas :