[COLUMNA] #MuyPersonal: Cara a cara entre la Nutrismart y yo

Por Javi Pacull @javipacull | Jueves, 29 de Diciembre de 2016
[COLUMNA] #MuyPersonal: Cara a cara entre la Nutrismart y yo

En mi vida como trabajadora he tenido múltiples desafíos, pero ninguno como este. Jueves en la mañana, llega mi editora con una gran caja en los brazos y dice: Javi, hablé con la Sole (la coordinadora de M360) y concordamos en que tú eres la persona de este equipo que debe usar la nueva Nutrismart de Somela, para saber cómo funciona.


Claramente nuestros almuerzos juntas, en los que yo sacaba mi súper tuperware con mis variadas preparaciones culinarias, las habían convencido que yo tenía dedos para el piano en la cocina.


Mientras tomaba la caja pensaba ¿Qué maravillas piensan que podré hacer con una juguera? En fin, como yo jamás contradigo la indicación de un jefe (jajá), la miré y le dije: obvio, tomo el desafío.


Así comenzó el que llamé “Mi reality con la Nutrismart”. El desafío que me autoimpuse: sobrevivir una semana solo cocinando recetas donde la protagonista principal fuera ella. Un “cara a cara” diario entre ella y yo. ¿La dificultad asociada? Jamás tomar el manual para resolver mis dudas, sino experimentar si había “onda” entre ambas y dejar que como todo en la vida, fluyera o no.


Día 1: saqué la juguera de la caja e inmediatamente me fijé que se veía mucho más “pro” que la de modelo común y corriente que tenía en la casa. Además, su color rojo en la base combinaba perfecto con mi refrigerador y como me importan esos asuntos estéticos fue un primer dedo para arriba.

Armarla no me tomó más de dos minutos, pues básicamente lo único que había que hacer era ensamblar la llave que incluye a uno de sus costados.


Mi primera receta: un smoothie de frutillas, plátano, naranja, chía y leche. Fruta cortada, adentro. Leche, adentro. Cucharada de chía, adentro. Momento decisivo: hacer girar la única perilla de la máquina. Fácil. Pensé que los números que señalaba la máquina no eran más que diseño, sin embargo, rápidamente entendí que se refería a minutos, porque al ponerlo en el 1, tuve que esperar ese tiempo para que dejara de funcionar. Lo entretenido, mi smootie empezó a viajar por dentro del recipiente, pues a diferencia de otras jugueras en las que es un clásico usar la cuchara de palo para empujar los ingredientes, la tecnología de la Nutrismart de Somela hace que la mezcla suba por el mango y vuelva a caer al sector de las aspas, generando una mezcla más suave y espumosa.

Nutrismart de Somela



A los 40 segundos quise parar el movimiento, pero me di cuenta que era difícil devolver la rueda. Se puede, pero cuesta. Todavía no sé si es porque no se debe hacer o no.


Antes de que se cumpliera el minuto, puse mi vaso bajo la llave de la Nutrismart, la abrí y cayó mi malteada color rosado. ¡Genial!


Después de usarla quise lavarla y a pesar que usé todas mis fuerzas para desarmarla y asearla bien, no lo logré. La lave lo mejor que pude, pero no pude eliminar todos los residuos de la base, pues su doble fondo lo hace difícil (Igual puede ser que sea demasiado maniática).


Día 2, 3 y 4: llegué  todos los días tarde a mi casa y con mucha sed. El calor me quitó el hambre, pero tener la Nutrismart fue lo mejor, porque pude prepararme varios granizados de frutas. Ingredientes: fruta congelada, medio vaso de agua, hielo y unas gotas de stevia. Resultado: ¡Perfecto! El jueguito con la llavecita cada vez me parecía más atractivo. Quizás por eso pensé solo en recetas líquidas.



Día 5: estaba encargada de llevar el postre donde unos amigos y tenía que cumplir con mi desafío diario con la Nutrismart. ¿Qué hice? Una leche evaporada, una de leche condensada y una bolsa de pulpa de maracuyá, todo dentro de la juguera y a dar vuelta la perilla. Un minuto después tenía una mezcla de textura suave y exquisita. Dos horas en el refrigerador, un poco de granola encima y tenía el mejor postre de la historia.


Día 6:
¿podré hacer mi clásico budín de zapallo italiano con esta máquina?, pensé. Corté los dos zapallitos, los cociné en un sartén con especias hasta que estuvieron tiernos. Los dejé enfriar. Luego, los puse dentro de la juguera, agregué un poco de crema, queso rallado y dos huevos. Di vuelta la perilla y dejé mezclar mientras prendía el horno. Finalizado el tiempo, vertí el contenido en una fuente, la metí al horno y 20 minutos después tenía un excelente plato para demostrarles a mis compañeritas del trabajo que la reina de la cocina de M360 soy yo (jajá).

Día 7: todas me felicitaron y me pidieron las recetas. ¡Gané el reality!


Encuentra la Nutrismart de Somela en el mercado a lo largo de todo Chile y a un precio de lanzamiento de $149.990. Más información en www.somela.cl

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