[COLUMNA] Sofía Calvo: ¿Cuánto debería costar mi ropa?

Por Sofía Calvo www.quintatrends.com | Martes, 31 de Enero de 2017
[COLUMNA] Sofía Calvo: ¿Cuánto debería costar mi ropa?

Nos hemos acostumbrado a vivir con la idea mental de una liquidación permanente. De hecho, nuestro país se ha convertido en un "destino de compras", el "Miami sureño", para argentinos y brasileros que, atraídos por nuestra gran oferta de fast fashion, se disputan codo a codo esas prendas que auguran un ciclo de vida fugaz. En este contexto de vestuario desechable y de 2x1 constantes, definir cuánto debería costar nuestra ropa se ha transformado en una tarea solo para valientes. ¿Estamos pagando lo que realmente vale? Te invito a analizarlo...

La fiebre de comprar indumentaria "a precio de huevo" no es solo chilena, sino que ha traspado las fronteras como un virus implacable, provocando una especie de psicosis colectiva en torno a las jornadas de descuento.

Las mayores de 30 todavía tenemos recuerdos de esa época –los años 90', sin ir más lejos- en que el país aún no realizaba su apertura comercial y tener un clóset abultado era un lujo de pocas. Sin embargo, hoy hemos perdido el horizonte respecto de cuánto debemos pagar por nuestra indumentaria y relativizamos cada uno de los precios, buscando "conspiraciones" imaginarias para aquellos que se salen de nuestra lógica de "ganga por siempre".

Pero, ¿cómo debería calcularse el precio de una prenda? Si aplicáramos una ecuación simple, deberíamos considerar que su valor debería incluir como base sus costos: la materia prima, mano de obra, empaque, distribución, comercialización e impuestos (desde el IVA hasta los relacionados con el uso de la Redcompra).

A lo anterior se suma el valor asociado al precio de marca, cuya estimación es la más imprecisa, ya que depende de la trayectoria y prestigio de la etiqueta dado por la percepción de sus consumidores. Para ello existen rankings como el de Interbrand y Forbes, que miden estos aspectos.

Entre los genios de la fijación de precios, encontramos la marca de fast fashion Zara, que posee paneles de consumidores que deciden cuál es el rango de precio que estarían dispuestos a pagar por una determinada prenda. Ese valor puede ser correlativo o no con los costos. Es decir, ser menor o mayor a ellos.

Lo interesante de este aspecto es que, como esta percepción varía entre los diferentes países donde está la cadena, la marca nunca tiene grandes márgenes de pérdida, y los precios pueden ser muy diferentes en un mismo continente. Así lo comprobó la unidad de Inteligencia de Negocio de FashionUnited al crear el Índice Zara y medir el precio de los productos de esta etiqueta en Latinoamérica.

Sin duda este aspecto nos brinda una luz de esperanza, ya que resulta esperable que esos mismos consumidores que están determinando los precios –directa o indirectamente- exijan una relación justa y digna del valor final no solo por factores estéticos, sino también porque saben quiénes y cómo se está haciendo su ropa.

Ese consumidor–ciudadano entenderá que, si desea contribuir a la consolidación de una industria de la moda menos frívola, más social y ambientalmente responsable, el precio debe ser el reflejo no sólo de su felicidad o la del distribuidor (en término de "ahorro" o ganancias"), sino que también de todos quienes integraron la cadena de valor.

El costo de la ropa barata siempre lo tendrá que pagar alguien. Por lo mismo, antes de comprar, hay que sacar cálculos mentales con los factores que les mencionaba anteriomente y preguntarse: ¿todos quienes están detrás de este vestido, polera, pantalón, etc, están ganando? Tú tienes la respuesta.

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