[COLUMNA] Constanza Del Rosario: En el amor todos somos primitivos

Por Constanza Del Rosario @ConsdelRosario | Miércoles, 7 de Septiembre de 2016
[COLUMNA] Constanza Del Rosario: En el amor todos somos primitivos

Dos quejas que escucho frecuentemente en terapia y que se retroalimentan entre si son: "El problema es que cada vez que llego a la casa ella tiene cara larga y lo único que hace es quejarse; así que prefiero llegar tarde o irme a ver televisión".... "El problema es que él no me pone atención, no me escucha ni se interesa por mí, prefiere ver televisión o mirar su celular; esto me da rabia y muchas veces se lo hago ver".

¿Por qué he elegido estás dos situaciones? 


Porque tras años de trabajar en la consulta con un gran número de parejas heterosexuales he llegado a la conclusión que un sinfín de malos entendidos y conflictos innecesarios, surgen de diferencias arraigadas en la biología femenina y masculina. Al parecer, poseer un doble cromosoma X modela el cerebro femenino de un modo distinto a como es moldeado el cerebro masculino por los cromosomas XY; trasmitiéndose en nuestros genes los mecanismos de alerta y supervivencia más primitivos de hombres y mujeres.

¿A qué me refiero con esto?

 

A que probablemente en épocas ancestrales los hombres al desempeñar un rol de cazadores y guerreros agudizaron su visión y oído para detectar posibles amenazas de las bestias y de otras tribus, asociando el peligro a las expresiones faciales, posturas corporales y a los sonidos emitidos por éstos. En cambio, las mujeres que desempeñaban un rol recolector, dependían de su capacidad para crear vínculos sociales con otros integrantes de la tribu para obtener protección ante diferentes tipos de amenazas y ayuda para criar, siendo muy útil desarrollar habilidades comunicativas para profundizar vínculos; volviéndose a su vez, particularmente sensibles al aislamiento social.

Mi hipótesis es que fueron esos roles y esas condiciones las que terminaron moldeando nuestro cerebro y nuestra genética de modo diferente, lo que no sólo explicarían porqué en pareja ellos, son tan reactivos a los tonos de voz y las expresiones faciales de su mujer; y ellas, a que las ignoren o mantengan conversaciones cortantes o pobres. Sino que también explicaría por qué en la época escolar era "típico" que las mujeres utilizaran como estrategia para castigar o hacer sentir mal a otra mujer "la ley del hielo"; mientras que ellos optan por actitudes físicas y auditivamente más agresivas como el bullying.

Teniendo en cuenta esto ¿no creen que sería bastante fructífero para nuestras relaciones de pareja, para favorecer la complicidad, la armonía y el deseo, que la mujeres seamos capaces de modular nuestros tonos de voz y expresiones faciales-corporales, mostrándonos más receptivas y dulces y que los hombres intenten establecer conversaciones profundas con nosotras, demostrándonos interés y atención?

Quizás chiquillas esta propuesta les suene un poco machista y a los machos le parezca latera. Sin embargo ¿no creen que vale la pena probar? Especialmente si la estrategía de ser dura o quejona no te ha servido para hacerte escuchar ni generar cambios en él; ni la de evadir a tu pareja ha servido para que ella se muestre feliz y satisfecha.

www.constanzadelrosario.cl
Psicóloga Clínica especialista en relaciones de género, parejas y sexualidad.


Fotos: iStock

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