[COLUMNA] Constanza Del Rosario: Prometer y no cumplir

Tras conversar con una gran cantidad de parejas en conflicto, algo que no me ha dejado de sorprender es la facilidad con que algunas personas -frecuentemente- prometen o se comprometen a algo y luego no cumplen, y esperan que sus parejas no se molesten con ellos y simplemente entiendan que se les olvidó o que no pudieron.

Y claro está que todos podemos fallar alguna vez o vernos sobrepasados por las circunstancias y que no podamos, aunque queramos, cumplir con nuestra palabra. El problema no radica en una conducta puntual, sino que cuando el prometer y no cumplir, o prometer y no definir cuándo se llevara a cabo, se transforma en un comportamiento más o menos estable de la persona. Manteniendo a la pareja en la incertidumbre o siendo recurrentemente desconsiderado con los tiempos, la planificación y la confianza de ésta.

Veamos un ejemplo:

El: Ximena me tiene chato. Hoy no paró de enviarme mensajes y de llamar para que pasara a pagar el colegio de los niños. No he tenido un minuto, ¿cómo no lo puede entender?

Ella: Desde el lunes de la semana pasada que me viene diciendo que va a pasar a pagar. Y hoy me juró que a medio día estaría todo listo. Son las 7 de la tarde y nada. Todos los meses pasa lo mismo. ¡Y yo tengo que dar las explicaciones y poner la cara!

El: Exagera, ¡es tan estructurada! ¡Siempre pago! ¿No sé por qué se enoja tanto? Además, de seguro que no soy el único que se atrasa un poco.

Ella: ¿Un poco? Un par de días es poco, ¡tres semanas es demasiado! Con él nunca se sabe cuándo las cosas se van a realizar.

Este es un ejemplo de muchos. Lo que más sorprende de todos esos casos es que, quienes esperan flexibilidad infinita de parte de sus parejas, no dudarían en poner el grito en el cielo si compraran un refrigerador y la empresa que tiene que realizar el despacho los deja plantado tres días consecutivos sin dar explicaciones ni ofrecerle algún tipo de compensación.

Mi consejo para todos los incumplidores empedernidos que siempre tienen una excusa para dilatar sus compromisos: Si quieren que su pareja los deje de controlar, de insistir y de exasperar para que las cosas se hagan "ahora ya", lean lo que sigue...

Preocúpense al menos de:

- Tener la deferencia de comunicar a tiempo que no podrán cumplir con alguna responsabilidad adquirida, permitiendo así que su pareja se reorganice y busque alguna alternativa.

- Si se comprometen a algo, definan claramente cuando lo realizarán. Al darle estructura a tu pareja, la harás más paciente y flexible.

- Si no has cumplido con tu promesa dos veces consecutivas, debes estar dispuesto a hacerte responsable de tus actos y empatizar con la molestia y la desconfianza de tu pareja y ver la forma de enmendar la situación.

La situación es simple. Si no te pones en el lugar del otro, deja de esperar empatía, flexibilidad y paciencia de su parte. La ley del embudo (la parte ancha para uno y la delgada para el resto) no es buena consejera de parejas.