[COLUMNA] Karen Uribarri: Tu exceso de control apaga el fuego

Por Karen Uribarri @KarenUribarri | Miércoles, 4 de Abril de 2018
[COLUMNA] Karen Uribarri: Tu exceso de control apaga el fuego

Generalmente los hombres hablan de cómo las mujeres los llenan de mensajes de Whatsapp todo el día, el cómo desesperan cuando no se les responde a los minutos y cómo mantienen una cercanía tal, que asfixian. Y me pasó esta semana, leer casos desde la otra vereda. Mujeres sobre los 30 años, que comenzaban amistades cariñosas con hombres -supuestamente- resueltos e independientes, y a medida que se sumaban salidas (y sexo), estos comenzaban con el acoso diario.

Gabriela me contaba, por ejemplo, que ambos habían comenzado a salir casi por juego y porque lo pasaban muy bien juntos. Les encantaba ir a comer a distintos lugares y se reían de todo. Pero, cuando ya llevaban mes y medio, ella comenzó a sentir cierta incomodidad. El sobre control la empezó a molestar. Quería salir arrancando y cada vez que sonaba el teléfono, ella miraba la pantalla y le bajaba el volumen. Se fueron las mariposas en la panza, la ansiedad por volverlo a ver y más aún, el deseo de que le enviara un mensaje.

Él quería saber todo lo que hacía en el día y, además, empezó a interferir en su concentración laboral. Y si bien, ambos lo pasaban increíble en la cama, ella ya no quería estar acostada con él.

¿Qué es lo que pasó? Simple, ahogó la llama.

Y es que mucha gente piensa que mientras más cerca estés de la otra persona, esta más te deseará. Y no funciona así.

Tal como cité en mi libro "Manual de Sexo a la Chilena", "Todos debemos cultivar nuestro jardín secreto. Porque si bien el amor goza conociendo absolutamente todo del otro; el deseo necesita algo de misterio, necesita de la distancia y de la novedad, de lo inesperado. Por eso, anímate a crear tu propia biografía y anímalo a crear la suya".

No pongas problemas para que salga con sus amigos. No quieras saberlo todo de él. No lo interrogues. No registres su celular, sus mails o cuentas. Déjalo ser diferente a ti y aprende a disfrutar de esa distancia.

Te aseguro que tu deseo crecerá como espuma, porque además de permitirle el espacio a él, él te permitirá consecuentemente el tuyo y ambos, en sus vidas propias, serán más felices. Porque si efectivamente debe haber un "nosotros" en una relación, también debe haber un "yo" y un "él" que nos permita respirar libertad, crecer y, por supuesto, desear".

No olvides, el no sentirnos seguros y que tenemos todo en la palma de la mano, hace justamente explotar el deseo y las ganas de estar con el otro. Entonces, ni muy cerca que te quemes, ni muy lejos que se enfríe.

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