¿Hambre o ansiedad? Estas son las claves para distinguirlo
Hay grandes diferencias entre el hambre real y el emocional, pero aún siendo extremadamente diferentes, es muy fácil caer en la ansiedad.
Lo primero que debes tener en cuenta es que ambos conceptos satisfacen cosas distintas. Mientras el hambre apunta al estómago, la ansiedad satisface nuestras emociones. El problema es que muchas veces nos damos cuenta de aquello demasiado tarde, es decir, cuando nos subimos a la pesa o cuando el pantalón ya no nos cierra.
Para que esto no te ocurra, te compartimos algunas claves sencillas para distinguir entre el hambre y la ansiedad.
Es hambre si...
- Te cuesta concentrarte y estás de mal humor
La glucosa es el combustible de nuestro funcionamiento cerebral. Al no comer, la ausencia de esta genera irritabilidad, desconcentración y razonamiento más lento.
- Te sientes cansada y con sueño
Al no tener comida, el cuerpo utiliza las reservas del sistema para cumplir con sus procesos. Al usar las reservas se termina la energía. Por esta razón se recomiendan los snacks de medio día y media tarde, o bien, siempre tener algo que comer contigo.
- Literalmente, tu estómago ruge
Si tu estómago suena, es porque tienes hambre. La falta de comida agudiza ese sonido producido por los gases intestinales.
Es ansiedad si...
- Llega de la nada
Los antojos suelen ser rápidos y se estimulan a través de un olor o recuerdo, incluso si terminaste de almorzar hace cinco minutos. El problema es que, por lo general, dan ganas de comer sin control y puedes ingerir cantidades desproporcionales.
- Sientes culpa
Lo más probable es que hayas comido de más, tu inconsciente sabe que lo hiciste por algo más que por hambre y te lo hará saber a través de la culpa.
- Tienes antojos de comidas 'chanchas'
Cuando comes por ansiedad, normalmente, se nos antojan comidad altas en calorías como chocolate, pan, helado, snacks salados, hamburguesas, etc. El hambre normal se calma con cualquier alimento.