[COLUMNA] Josefa Del Solar: Tipos de mamás, caricaturas y etiquetas

Por Josefa Del Solar www.solarnielsen.cl | Jueves, 9 de Marzo de 2017
[COLUMNA] Josefa Del Solar: Tipos de mamás, caricaturas y etiquetas

A propósito del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, pienso en la dinámica que tenemos entre las mujeres cuando nos convertimos en madres y en cómo nos vamos categorizando y "ordenando" en grupos según la mirada sobre el embarazo y la crianza que se tenga. Es algo sutil y espontáneo, no siempre una decisión tomada del tipo "quiero criar en este estilo". A veces son decisiones pequeñas que te van poniendo en un lado de la vereda o en otro. Se forman corrientes, que conlleva ciertas "prácticas", y se leen determinados autores que refuerzan ciertas ideas. Se comparten tipos de cuentas en redes sociales, se siguen intereses, y de a poco se van formando grupos de madres con dinámicas compartidas.

Al poco tiempo surgen pseudo líderes que se convierten en fanáticos, esos agotadores personajes que se reproducen a altísima velocidad en redes sociales y que rápidamente construyen masas de seguidores, cuyo trasfondo me imagino es constructivo, pero en la práctica es odioso y burlesco. Son verdaderos terroristas. Muchos de ellos gastan más tiempo armando argumentos en "contra" que reforzamiento de los propios.

Que una mujer (A) que quiera dar pechuga un año y medio a su hijo, o tres, que lo haga. Que una mujer (B) prefiera, atendida la razón que quiera, darle relleno desde el día cero o cortársela a los cuatro meses, también es correcto si es lo que decide. No por eso vamos a desconocer que la leche materna es el mejor alimento que una guagua puede recibir, ni tampoco por eso vamos a pontificar en el caso de que alguien no quiera hacerlo. Así de simple. Es como dejarlos llorar. Tú puedes dejar a tu hijo llorar o no hacerlo, hacerlo dormir en brazo o acostumbrarlos a la cuna, darles azúcar y sal o no darles, y así. Una serie de decisiones cotidianas que te van diferenciado de otras formas de criar. Es eso tu elección.

Por eso más allá de hacer un llamado a suscribir un "pacto de no agresión", me interesa desenmascarar las caricaturas que se construyen en torno a las "corrientes" o estilos de crianza. Por poner un ejemplo burdo: La que no da pechuga cree que la que sí da la juzga fuerte y duramente, entonces en su afán por "defenderse" endurece el tono y empieza a anularla con argumentos tipo "tetanazi" o llamándola "una talibana más del apego". La mujer B cree que porque la mujer A apuesta por una crianza respetuosa, está "castigándola socialmente" por perder la paciencia y gritarle a sus hijos, y entonces comparte posteos en redes sociales diciendo que ella "sí, es una mamá real y se atreve a hablar del lado que nadie habla y a decir que está chata y que pierde la paciencia y grita". Y siembra odiosidad, porque de alguna manera dice que la otra mamá no lo es.

La mamá que trabaja cree que la que está en la casa está postergada; qué vacía y poco interesante debe ser su vida y qué poca independencia económica debe tener, y ojalá que ese marido no se vaya a entusiasmar con una más entretenida. La que no trabaja cree que es mucho más fácil estar sentada en el computador de la oficina que cambiando pañales, haciendo dormir siesta o lidiando con niños chicos, que cómo será dejar a los niños todo el día, o medio día, a cargo de un tercero, que cómo lo hace con los turnos y las tareas.

¿Qué caricatura es esa? ¿Quién no pierde la paciencia y a veces grita? Aún no conozco ninguna mamá que, por distinto que sea su estilo, no se canse, no se abrume, no colapse, no dude. Ni la que trabaja es tan entretenida, ni la que no trabaja es tan fome. Y así. Eso es lo normal, y le pasa a todas un poco. A la que da pechuga y a la que no, a la que trabaja y a la que no trabaja, a la que manda a su hija a la sala cuna, y la que prefiere dejarla en la casa. No porque una amiga tuya sea fanática de Carlos González entonces tu decisión sobre usar el Método Estivil es menos válida.

Mi invitación es que nos enfrentemos con sensatez y franqueza a nuestras decisiones frente a otras mujeres. Si estás convencida de las decisiones que has tomado, entonces no tienes que defenderte de nada, ni mucho menos de nadie. Si vamos a abrirnos a compartir y conversar sobre embarazo, parto y crianza, hagámoslo sin desconocer la realidad, derribando mitos odiosos y competitivos que nada contribuyen a formar la tribu que necesitamos para criar. Más honestidad, menos pose, más fraternidad y menos caricatura.

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