Los pantalones infantiles que generan debate en China

Por Javi Pacull @javipacull | Miércoles, 10 de Enero de 2018
Los pantalones infantiles que generan debate en China

Cerca del año 2000 China vivió una curiosa revolución con la introducción del pañal desechable. Desde entonces, el comercio asociado a este producto ha crecido fuertemente, permitiendo de paso que estos dejaran de ser un elemento para considerar a un niño de mejor status por utilizarlos.

Sin embargo, a pesar de este crecimiento, todavía existen sectores de la sociedad que no se han sumado al uso de estos pañales, pero que tampoco usan pañales de género. Una parte de la población sigue prefiriendo una prenda muy antigua que marca tradición. Nos referimos al “kai dang ku”, un pantalón con una abertura trasera que deja al aire el trasero y los genitales de los niños.

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Para muchos, esta curiosa prenda no solo permite que los niños se pongan en cuclillas, hagan sus necesidades en el parque y sus madres recojan sus deposiciones como lo hacemos en Occidente con nuestras mascotas, sino que sería la clave para la enseñanza temprana del control de esfínter.

Para los extranjeros que visitan Pekín y se topan con niños usando estos pantalones resulta muy chocante la experiencia, sin embargo allá es una práctica que forma parte de la cultura.

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Con esta prenda los padres y abuelos chinos enseñan a las guaguas y niños a hacer sus necesidades a partir de los 4 meses de edad, casi un año antes de lo que sucede en esta parte del globo. No se trata solo que el niño haga en cualquier parte, pues los padres los reprenden cuando lo hacen fuera del lugar indicado. De esta forma cada pequeño va tomando conciencia muy pronto del control que debe tener.

Sin embargo, esta prenda genera mucho debate en el país. Si bien hay quienes lo apoyan por permitir un control de esfínter más temprano, por mantener los genitales a una temperatura ambiente y por entregar mayor libertar de movimiento a los niños, hay otros que aseguran que los niños están mucho más expuestos a infecciones y contaminación, sin contar el problema de salubridad y mal olor que significa que las fecas queden en lugares públicos cuando los adultos no las recogen.

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