Lo que debes saber para la primera semana de tu guagua

Tener un hijo es lo más maravilloso que nos puede pasar, pero al mismo tiempo es una de las situaciones más estresantes de la vida. Todas lo queremos hacer bien y no equivocarnos en nada. Antes de salir de la clínica, es muy normal recibir una cantidad de información relacionada con la guagua, que entre el nervio, la emoción y la novedad podemos olvidar fácilmente.

Si acabas de llegar a tu casa con tu primer hijo en los brazos y te enfrentarás a su primera semana de vida en el hogar, es importante que apliques los siguientes consejos:

Peso: no te preocupes si durante los primeros días tu guagua baja de peso. Es completamente normal que esto suceda, mientras no sea más del 10% de su peso al nacer. Pasado los 7 primeros días, debería comenzar a subir.

Lactancia: la libre demanda de leche es la regla de oro para los primeros días de tu guagua. No intentes establecer horarios durante la primera semana, pues el cuerpo recién se está ajustando a esta nueva función.

Llanto: al contrario de lo que muchos piensan es normal que el recién nacido llore. Incluso hay quienes sostienen que puede ayudar a indicar que una guagua está bien alimentada. Lo que nunca debes olvidar es que existen solo 4 razones por las que tu guagua llore: hambre, incomodidad con la postura, que tiene el pañal sucio o que le duele algo. Conforme pase el tiempo sabrás distinguir uno de otro.

Meconio: no te preocupes si notas que el color de las heces de tu guagua sea de color casi negro y de textura densa y pegajosa durante los primeros días. Se trata del meconio y es absolutamente normal. El color irá cambiando a medida que avance la lactancia.

Postura para dormir: las guaguas deben dormir sobre su espalda y con la cabeza hacia un costado. Esa es la postura que ayuda a su crecimiento y al fortalecimiento de sus huesos. Para su comodidad procura girar su cabeza cada cierto rato.

Vista: los recién nacidos tienen la vista borrosa y ven mejor a 25 cm de distancia. El momento del amamantamiento es perfecto para que tu guagua te observe y reconozca tus rasgos. Tampoco te preocupes si notas que se le cruzan los ojo o parece bizco. Es totalmente normal durante su primer mes de vida.

Ombligo: procura mantenerlo seco y limpio, prestando atención que no se ensucie con el pipí o las heces. Límpialo con un algodón húmedo y deja secar. Mientras el color se vea saludable, no es necesario acudir al médico.

Baño: hay pediatras que recomiendan no sumergir al niño hasta que se le haya caído su ombligo. Pregúntale a tu médico, pero de cualquier forma, ya sea en bañera o no, es importante limpiar el cuerpo de la guagua de pies a cabeza, terminando por los genitales.

Paseos: desde que llegas a la casa con tu hijo, este está preparado para salir a la calle. De todas formas, se recomienda no hacerlo en horarios con temperaturas extremas.

Chupete: mientras el recién nacido se acostumbra a la lactancia es preferible que no utilice chupete.

Uñas: no es necesario cortarle las uñas a las guaguas durante los primeros días. Para que no se arañen es recomendable usar mitones. A partir de los 10 o 15 días se pueden empezar a cortar. Hazlo con cuidado y cuando esté dormido.