Pocas o nulas reglas, muchos regalos, ansiedad por lo que podría ocurrirle y presión porque sus hijos no sufran. Todo esto responde a lo que alguna vez una periodista de The New Yorker tituló como hiperpaternidad, padres helicópteros o crianza mostruosamente intensiva. Algo que no es sano ni para los padres y mucho menos para los hijos.
Y es que no podemos negar que existen padres que exageran a la hora de criar a sus hijos. Progenitores que llegan a ser tan sobreprotectores y pendientes de la perfección de los menores, que van formando niños dependientes. Esto fue descrito por Eva Millet en su libro 'Hiperpaternidad', publicado en 2016.
Dos años después, la periodista y autora del blog www.educa2.info publicó un ensayo titulado 'Hiperniños. ¿Hijos perfectos o hipohijos?', donde realiza un profundo análisis sobre aquellos problemas, en la paternidad y maternidad, que se manifiestan de forma más potente, como es el caso de la sobreprotección hiperasistida. Una crianza que no responde a educar, sino más bien a poner a los hijos en un altar. Algo que da como resultado niños que pierden su autonomía.
Es más, la autor lo describe como una forma de criar que no solo se refiere al hecho de consentir a los niños, sino que también habla de darles una atención exagerada "ejercida a base de estar siempre encima, de 'sobrevolar' sobre ellos, anticipándose a sus deseos, resolviendo sus problemas por sistema y justificándolos a ultranza".
Al poner a los hijos en una especie de altar se entrega un mensaje erróneo, y las consecuencias hablan desde una estimulación precoz, tolerancia cero, frustración, o enfrentamientos con profesores por cuestionar a sus hijos.
Ahora bien, Millet explica que esto claramente puede corresponder a algo hecho sin mala intención. Sin embargo, la hiperpaternidad ha llevado a que descubra y describa varios tipos de progenitores sobreprotectores.
- Padres helicóptero: Es aquel que sobrevuelva constantemente la vida de sus hijos, y están pendientes todo el tiempo de lo que quieren y necesitan.
- Padres aplanadora: Aquellos que le van quitando a sus niños todos los obstáculos, problemas y dificultades en el camino.
- Padres guardaespaldas: El que reacciona en extremo ante cualquier crítica de sus pequeños, incluso ante la opción de que alguien llegue a tocarlos.
- Madres tigre: Harán todo con tal de que su hijo sea el genio que esperan.
- Padres mánager / Madres del artista: Ven en sus hijos futuros deportistas o famosos, y no van a descansar hasta que lo sean. Forjadores de talentos.
El problema que sugiere la experta en estos casos, es que terminan siendo niños sin autonomía, con miedos e inseguridades, pero siempre conscientes de ser el centro del mundo, con pocos deberes, pero muchos derechos. "Su faceta hiperactiva produce agendas que llamo 'de ministro', criaturas con cada vez menos tiempo para jugar", concluye Millet.