¿Tu trabajo te pone de mal humor? Quizás sea momento de renunciar

Por Valentina Espinoza @lavalespinoza | Jueves, 6 de Abril de 2017
¿Tu trabajo te pone de mal humor? Quizás sea momento de renunciar

¿Ha sentido esa sensación de que, cuando estás en la oficina, tu mente está en cualquier otra parte? Ya no te identificas con tus tareas y no le ves sentido a lo que haces. Te levantas de mal humor el lunes y cumples con lo estrictamente necesario. ¿Qué está pasado? ¿Hiciste acaso una "renuncia interna" a tu puesto de trabajo? Si es así, más vale no demorar la decisión, porque si sigues trabajando con desgano y sobrellevando durante mucho tiempo la situación, el problema puede pasar a generarte problemas físicos y psíquicos.


Aunque no debes tener miedo. Es un problema que afecta a muchas personas. Una encuesta desarrollada por la consultora Gallup en Alemania llegó a la conclusión de que un 16 por ciento de los empleados no tiene ningún tipo de vínculo emocional con su puesto de trabajo.


Pero esa demotivación que parece arrasar con todo no es algo que suceda de la noche a la mañana. Más bien se va dando como un proceso. "Muchos primero sienten cierta intranquilidad y tienen la sensación de que ya no están presentes", explica la asesora Ute Bölke. Uno comienza a sentir cada vez menos ganas, a enfermarse con mayor frecuencia, a descuidar sus hobbies. El mal humor se va colando en la vida privada...


Cuando eso sucede, hay que saber reconocer el problema y no mirar para el lado. "Por supuesto que si uno siente por primera vez alguna incomodidad no hay que dramatizar, pero si los indicios van en aumento, es necesario actuar", dice el piscólogo Lothar Drat.


El primer paso es analizar las causas y conversar con tus amigos o familia para tratar de llegar a dilucidar qué es lo que te está molestando. Las causas pueden ser múltiples, desde competencias con otros compañeros hasta envidias, antipatías, sobrecarga de trabajo o incluso falta de tareas. También puede suceder que el tipo de labor o el área en la que estés no encaje bien con las capacidades que has desarrollado a lo largo de los años.


Una forma de compensar esa insatisfacción es generar actividades placenteras en la vida privada, ya sea practicar algún deporte, comenzar un hobby o juntarte periódicamente con tus amistades. "Es fundamental que la vida no sólo pase por el trabajo", advierte Bölke.


Pero además, si logras identificar la causa del malestar laboral, puedes intentar hacer un cambio. Es decir, si sientes que tus tareas son monótonas, puedes sumar algún curso de capacitación o perfeccionamiento que te ayude a descubrir nuevos modos de encararla. O si te parece que le está faltando feedback, es bueno que se lo plantees a tus jefes.

La gran trampa en la que no hay que caer es lo que les sucede a muchas personas que, en lugar de atacar lo que las está afectando, reducen lo que les hace bien, incluso sin darse cuenta. Eso empeora mucho la situación y es justamente lo que hay que evitar. No es bueno aguantarte este tipo de presiones aunque la carga psíquica sea cada vez mayor.


Por supuesto, si nada cambia a pesar de que logres identificar lo que no está fluyendo, también debieras evaluar seriamente la posibilidad de renunciar y de buscarte otro trabajo. Pero pon atención: cuando vayas a entrevistas, piensa muy bien qué es lo que quieres y no lo dejes de lado en la conversación con tu potencial empleador.


Si donde estás sientes que hace años que no aprendes nada y eso te quita la motivación, pregunta precisamente eso cuando tengas una nueva entrevista laboral: cuáles son las perspectivas, si ofrecen cursos de perfeccionamiento, etc. De ese modo evitarás caer en la misma situación.


Crédito: dpa

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