[COLUMNA] Carmen Castillo: ¡Voy por mucho más!

Por Carmen Castillo @carmentuitera | Jueves, 15 de Diciembre de 2016
[COLUMNA] Carmen Castillo: ¡Voy por mucho más!

No sé cuál es él límite de soñar o de proponerse cosas. Debe ser que no existe, pero si sé que cuando uno quiere, puede. Es solo encontrar el foco y nunca dejar de mirarlo a pesar de los problemas, distracciones y alegrías. Ahí está siempre esperando a que lo vuelvas a mirar.

Voy en el avión camino a Chile. Procesando lo que viví en 11 días en mi viaje por Europa. Mi primera vez en el viejo continente, y obvio que no será la última. Recorrí cada rincón de Barcelona (para qué recordar a mi tarjeta que también compré cada rincón de la ciudad :P). Me puse la meta de observar a todas las personas, todo tipos de culturas y ver que hay un mundo más allá de lo que se presenta desde que somos niños. Realmente, me queda mucho por aprender.

En Francia mi foco fue trabajar, pero sinceramente disfruté cada minuto haciéndolo en París. Nadie me dijo que todo era posible cuando chica si uno realmente trabajaba duro por sus sueños.

Y es que este cliché de positivismo, mirado desde afuera, es una mierda. Pero si lo procesas, lo internalizas y comienzas a actuar como si lo tuvieras, ¿a cuántas personas podrías estar motivando tú?

Desde que tuve a la Josefina sola, con mi hermana sosteniéndome la mano durante la cesárea (mientras me transmitía lo asqueroso que era verme literalmente abierta jajaja), no tengo miedo a nada. Qué peor que sentirse la peor madre del mundo, juzgada en un país ultra tradicional por tus errores y sin ninguna oportunidad en el camino para crecer por tu hija.

Para mí ese fue mi más difícil obstáculo, sentir tanto miedo y superarlo. Hoy me digo "NADA ES MÁS DIFICIL QUE ESO. CARMEN, AVANZA". Y es que no hay nada peor que NO hacer las cosas o mirar las oportunidades como pequeñas porque no son lo que esperábamos en un principio.

¿Me siento mala madre? Obvio, 11 días fuera de Chile, hablando con mi hija por Facetime (que nunca me pescó) y viendo los regalos que compré armados por mi mamá y no por mí a través de fotos. Es duro, pero necesario. Debo procesar todos los días que estoy construyendo algo por nosotras a largo plazo. Culparme ahora no es la solución.

Camino a Chile, escribo para decirte que si yo puedo, tú puedes.

En mi corta vida, estudié como 20 carreras, solo trabajé una vez para una empresa, tuve relaciones tóxicas por no decir cuáticamente tóxicas. Tuve depresión fuerte una vez, siento al día de hoy que vivo luchando. Soy intensa, perfeccionista y amargada (a veces). Me carga el mar (nivel amargura total) y menos me gusta la arena (ahí ya me pongo ogro) y te digo todo esto para que entiendas que nadie es perfecto, todos nos equivocamos, todos tenemos miedos, todos somos juzgados y ahí está el mejor desafío. Superar la mierda y avanzar.

Hoy de regreso a Chile en un asiento 1x1 en el que apenas puedo escribir de lo chico. Mi compañero de asiento me ganó el de el medio que estaba desocupado y ahora puede estirarse y dormir. Y pienso en cosas: necesito los cachetes de mi gorda hermosa, mi todo, mi Josefina, y en que debo responder innumerables correos de mi gente que durante el viaje fue difícil dedicarles tiempo. Tengo más pega que antes y necesito organizar mi vida. Y última, pero no menos importante, que digan lo que digan, acá estoy sintiéndome grande porque me saco la mierda trabajando aunque me tiren caca y a veces me quieran hacer sentir tonta por mi discurso de #brillar. Acá estoy y voy por más hermano, ¡voy por más!

Brilla.




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