¿Flujo vaginal oscuro? Tranquila, éste es el por qué
El flujo vaginal es un líquido viscoso que segrega el cuello del útero y las paredes de la vagina. En cada mujer es diferente y, dependiendo de la persona, cambia su consistencia.
Sus funciones son varias. Además de humedecer y lubricar la zona íntima femenina, ayuda a que se mantenga limpia. Por otro lado, mantiene la flora bacteriana de la vagina equilibrada para evitar infecciones.
¿Cuándo hay que preocuparse?
El flujo vaginal presenta variaciones a lo largo del ciclo mentrual, las cuales pueden ser en color, olor o consistencia. Una de ellas es cuando nos aparecen manchas cafés o marrones en un periodo que no es la menstruación.
En muchos casos se descarga días después de que te llega la regla, porque el útero no expulsó la sangre vieja que tenía, sino que lo hace con retraso. En otras ocasiones se puede deber a un desequilibrio hormonal, especialmente si usas algún tipo de anticonceptivos. Esto último le sucede al 10% de las mujeres que utilizan estos métodos contra el embarazo, pero si no va acompañado de otros síntomas, no hay de qué preocuparse.
Otra causa para el flujo marrón es justamente estar embarazada. Un 20% de las mujeres lo presentan durante los tres primeros meses de gestación, lo cual puede prestarse para confusiones. Por un lado se puede relacionar a la menstruación e ignorar que se está embarazada, y por otro lado, pensar que se trat de un aborto.
La causa más concreta del flujo marrón es el desprendimiento del cigoto en la pared del útero, fenómeno que va acompañado de una descarga ligera de sangre.
Y por último, hay enfermedades no relacionadas al aparato reproductor que afectan nuestro funcionamiento fisiológico y hormonal, como los desórdenes alimenticios o el mismo estrés.
Recuerda que si se mantiene durante el tiempo, puede deberse a otras causas, como quistes ováricos o hemorragias intermenstruales que alertan de endiometrosis, por lo que siempre debes consultar a tu médico.
¿Cuándo hacer algo al respecto? Si es de manera recurrente y si va acompañado de síntomas como dolor, debilidad, fiebre o alteraciones de tu menstruación. ¡Preocúpate a tiempo!